España es una merienda de negros

octubre 5, 2007

Los gratuitos

Filed under: General,Rajoy,Zapatero — África @ 8:25 am

Raúl del Pozo

La teledemocracia española está en manos de caballeros creyentes, ricos y monárquicos que tienen a Manuel Azaña trabajando de paparazzo por las tardes. La atmósfera de España es una blogesfera en la que bloggers con delirio de autoreferencia se comen unos a otros el bullarengue y permiten que navajeros del troll, anónimos y seudónimos, francotiradores del infundio, desuellen a los que odian o envidian. Vivimos la apoteosis de la calumnia, de la insidia. Se ha abierto la veda, aquí no se salvan ni el primado de España ni el Rey. Las hogueras se diseñan en los weblogs y los mixtos se frotan en la telebasura. Pero viva la libertad, vivan los millones de estatuas de Pasquino, viva la sociedad de la información.

En esta civilización de la abundancia, que crece gracias a la hipotermia de un nuevo ejército de reserva, no eres nadie si vas a Lucio y te ponen arriba, si cuando dicen tu nombre contestas servidor y, sobre todo, si llevas debajo del brazo un periódico gratuito. No te fíes de los griegos, ni de los alemanes, ni de los escandinavos si te dejan un regalo en la puerta del metro. Si estás tieso, sumérgete en la Red y lee los periódicos on line, que, aunque algunos no contrasten la información, otros son maravillosos y veraces. Además, en España las calumnias suelen ser ciertas y más divertidas que las noticias.

La democracia es un hombre, un voto, un periódico. Eso iba yo pensando ayer por la mañana cuando me dirigía al Ritz a escuchar a Antonio Fernández-Galiano, baranda de Unidad Editorial, que hablaba sobre la sociedad de la información y la aventura de EL MUNDO, un diario en el que, hasta hace unos años, a los que trabajábamos en él nos llamaban perros, canallas y gusanos. Dijo Galiano que los diarios no mueren y que el consumo de papel sigue aumentando. Pero el periodismo de papel, el periodismo de las luces, el periodismo de reflexión, está rodeado de peligros por todas las partes. Como escribió Borges, en la época grecolatina, cuando nacieron la razón y el arte, no había periódicos; en la actualidad, la prensa de papel es más que una cuarta enmienda, es la columna vertebral, el ecocardiograma de la libertad de expresión.

Hay dos cosas que me humillan: que los periódicos regalen cucharas, mapas y DVD, y la existencia de los gratuitos de capitalistas filibusteros que practican el dumping, distribuyen diarios sin redacción que, como dijo July, parecen periódicos, pero no lo son. Podrían ser útiles para los proletas de cayuco, pero tampoco. Las manos que recogen fresas, las manos que guían a los puretas, las manos que friegan las casas de los ricos, un día llegarán a elegir presidente y yo no creo que nadie que lea o reparta periódicos en la boca del lobo del metro llegue a ser presidente. Por la gratuidad y la caridad llegan la peste o la dinamita.

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