Solbes se queda solo en su empeño de no revisar la previsión del PIB por debajo del 3%

Ana I. Sánchez
Madrid- La economía española se enfrenta a un periodo de incertidumbre que rebajará su crecimiento económico hasta el entorno del 3% en 2008. Ésta es la principal idea que el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, transmitió ayer al Congreso de los Diputados sumándose así a la corriente de altos cargos y empresas privadas que vislumbran un destacado descenso en la actividad económica del país para los próximos meses (ver gráfico adjunto).
   En su comparecencia, Fernández Ordóñez no mostró el optimismo del Gobierno en cuanto a la evolución de la coyuntura económica, y su intervención sólo fue tranquilizadora en lo que a los Presupuestos Generales del Estado para 2008 se refiere, de los que consideró que podrán llevarse a cabo.
   Así, indicó que «la mayoría de las previsiones disponibles apunta a una pérdida de vigor de la economía norteamericana en los próximos trimestres» y, junto a ello, la crisis de las hipotecas «sugiere un incremento en los riesgos bajistas sobre la actividad», subrayó. La «muy elevada» incertidumbre se genera por cuanto, de momento, no es posible calcular el impacto de las turbulencias financieras. El Banco de España, aseguró, no cuenta con la información suficiente para «determinar el alcance de la desaceleración norteamericana» y «su posible transmisión a la economía mundial».
   Fernández Ordóñez tampoco dibujó un camino de rosas para referirse al punto actual en el que se encuentra de la crisis. «Persisten aún incertidumbres que dificultan la normalización de la situación en los mercados» y para disiparlas, advirtió, las entidades tendrán que realizar «un esfuerzo adicional para incrementar el grado de transparecencia de sus operaciones». Además, destacó que «habrá que ver los efectos finales de la revisión al alza de las primas de riesgo crediticio», ya que «está por ver su intensidad y si se produce de manera ordenada». Finalmente, cree Fernández Ordóñez que la confianza de las empresas y consumidores europeos se resentirá según dure la crisis.
   Todo esto de puertas para afuera. Como consecuencia, de puertas para adentro, el gobernador del Banco de España aprecia un aumento de los riesgos a la baja de la economía española de tal modo que la desaceleración del PIB apunta «hacia tasas de crecimiento en el entorno del 3% en 2008». También predijo que el gasto de las familias se seguirá desacelerando de manera que será «difícil que la inversión productiva» pueda compensarlo. En cuanto a la inflación, apuntó que seguirá repuntando «en los meses finales de este año y en los primeros del siguiente», como consecuencia de las alzas de los precios de la energía y de algunos alimentos. Como receta para sortear todos estos embites, Fernández Ordóñez recomendó contención del gasto, mejora de la competitividad y funcionamiento flexible de los mecanismos de asignación de recursos.
   Desde el Partido Popular, el secretario ejecutivo de Economía y Empleo del PP, Miguel Arias Cañete, criticó el «optimismo espectacular» de Fernández Ordóñez, que, a su juicio, actuó en su comparecencia «casi como un secretario de Estado de Hacienda».
   El ministro, «tranquilo»
   Pese a todo ello, el ministro de Economía, Pedro Solbes, se mantiene «erre que erre» en que no hace falta revisar las previsiones del cuadro macroeconómico del próximo año, que cuenta con que el país disfrutará de un crecimiento del 3,3%. Desde Luxemburgo y en una pausa de la reunión del Ecofin, Solbes consideró «perfectamente posible una tasa de aumento del PIB del 3,3% el año próximo». El ministro admitió que la menor disponibilidad de crédito mermará el crecimiento económico, pero aseguró que las previsiones del Gobierno de julio ya contemplan este impacto, según informa Efe. Asimismo, el también vicepresidente segundo aseguró sentirse «bastante tranquilo» con la situación del sistema financiero español, aunque sí reconoció que las entidades dependientes del crédito externo vinculado a la vivienda «posiblemente tendrán que replantear sus inversiones».