El Consejero delegado del grupo Prisa ha dejado constancia de la brecha abierta con el Gobierno de Zapatero a cuenta de la irrupción en el mercado del fútbol televisado de Mediapro. Acostumbrado al trato de favor que ha recibido de todos los Gobiernos, Cebrián se queja amargamente de que «los visitadores de Moncloa» pretendan «ocupar» el «espectro financiero y mediático sobre su influencia en el presidente». No quiere hablar de «traición» de Zapatero porque dice «no teníamos una relación de amistad».
L D (Agencias) En un desayuno informativo en el Fórum Europa, el Consejero Delegado del grupo Prisa ha afirmado sin sonrojo que ninguno de los medios de comunicación de su emporio, entre ellos el diario El País, la Cadena Ser o Cuatro, «han estado sometidas a la conveniencia», en referencia a su línea editorial. Según Cebrián, el único compromiso de Prisa es «con el progresismo».
Sin embargo, ha vuelto a poner de manifiesto el mal momento por el que pasan sus relaciones con el Ejecutivo y no precisamente por razones ideológicas ni de progresismo si no por inetereses puramente econñomicos en torno a los derechos del fútbol televisado.
Aunque no citó en este contexto a La Sexta , Cebrián se refirió indirectamente a ella, a la productora accionista de la misma Mediapro, enfrentada con Sogecable por los derechos de televisión del fútbol, y al ex Secretario de Estado de Comunicación y rpomotor de La Sexta, Miguel Barroso, en relación a la política de comunicación del Gobierno. Pese que a los medios de Prisa sólo tiene el compromiso del «progresismo», según Cebrián, conviene recordar el furibundo ataque de El País al plan de vivienda de la ministra Chacón, que, casualmente es pareja de Miguel Barroso.
Según ha asegurado, «Zapatero no nos ha traicionado porque no teníamos una relación de amistad». El motivo de este agrio momento no es otro que la guerra del fútbol, que enfrenta a Prisa con Mediapro y La Sexta.
«Mienten cuando dicen que no queremos un acuerdo, porque ellos saben los modelos de acuerdo que hemos propuesto y que ellos han rechazado», aseveró en relación a la cadena de televisión de Emilio Aragón. De hecho, llama a los propietarios de La Sexta los «visitadores de la Moncloa que tenían en mente un proyecto de ocupación del espectro financiero y mediático al hilo de su influencia en el presidente». Cebrián cerró la frase apuntando que, como resultado de ese proceso, se produjo la concesión de «una nueva cadena», en alusión a La Sexta, «a unos antiguos socios del entonces secretario de Estado», en referencia a Miguel Barroso, «entre los que se encontraban y se encuentran personas de la confianza y del afecto personal del presidente del Gobierno».
El Gobierno, sin capacidad de comunicación
Cebrián ha llegado a asegurar que el problema del Ejecutivo es su capacidad de comunicación ya que no entiende como pueden seguir en «empate con el PP» tras haber retirado las tropas de Irak o mantener el crecimiento económico. «La política de comunicación de este Gobierno ha estado marcada por el oportunismo», aseveró.
El Gobierno, dijo también el Consejero Delegado de Prisa, «no ha logrado marcar la agenda política casi en ningún momento, se ha mostrado no pocas veces a la defensiva y se ha regido en gran parte por manías o preferencias personales», lo que ha supuesto que «los considerables éxitos de Zapatero no se vean reconocidos en las encuestas».
Por su parte, y como no podía ser de otra forma, Cebrián no dudó en volver a criticar al anterior presidente del Gobierno, José María Aznar. Al hilo de la expansión de su grupo en el extranjero, precisó que Prisa «no es nacionalista» y defendió su vocación latinoamericana. Aznar es el «campeón del nacionalismo español que se dedica a abrir camino en América Latina» al grupo Murdoch, exponente de la «derecha neocon» y propiedad del magnate australiano Ruper Murdoch.